Los callos y durezas son zonas de piel engrosadas que se desarrollan como mecanismo de respuesta del cuerpo ante un exceso de fricción y/o presión en determinadas zonas de los pies. Es una patología muy frecuente entre la población y este término es usado cuando el engrosamiento de la piel tiene lugar en la planta de los pies y/o en la parte superior del pie o los dedos. Los callos a pesar de no ser contagiosos pueden ser muy dolorosos si crecen demasiado pudiendo además causar graves problemas en personas con diabetes o mala circulación de la sangre.
Los callos suelen aparecer cuando los dedos rozan el interior del calzado, por presión excesiva en las plantas de los pies al usar zapatos de tacón alto, común en mujeres, que pueden ser la causa de los callos en la planta de los pies o en la parte superior de los dedos en personas con patologías tales como los dedos en martillo.
Los callos suelen tener una apariencia gruesa, áspera y seca pudiendo ser a veces difíciles de distinguir de las verrugas plantares. Pueden provocar dolor al caminar o simplemente con tocarlos o rozarlos.
Generalmente los callos o durezas leves no requieren tratamiento pero se debería investigar sus posibles causas por lo que si los zapatos te los causan deberás buscar otro par de zapatos, si son debidos a una mala pisada, a una falta de hidratación de los pies o asociado a patologías como los juanetes, dedos en garra, martillo……
Ten en cuenta que los tratamientos de venta libre o caseros pueden ser nocivos ya que pueden producir úlceras o quemaduras sobre todo en personas con diabetes o con mala circulación de la sangre.
Si presentas callosidades en los pies que te causan dolor, malestar o interfieren a tu vida diaria.
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